{La XXV Feria del Libro de Guadalajara habla alemán}


Con la presencia de dos premios Nobel de Literatura (la rumano-alemana Herta Müller y el hispano-peruano Mario Vargas Llosa), la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la FIL, celebra su XXV edición con acento alemán. La principal cita editorial en lengua española fue fundada en 1987 por la Universidad de Guadalajara. Un cuarto de siglo después, la FIL es más que un mercado de la palabra —más de dos mil firmas están presentes—, y supone una verdadera fiesta popular para la capital tapatía, con la participación de unas 600.000 personas en sus encuentros literarios, la entrega de sus galardones y decenas de actividades paralelas, que van del cine a los conciertos en vivo. Alemania, país invitado, llega a Jalisco con el lema «Construir el futuro» y una representación de 35 autores, entre ellos Monika Maron y Rüdiger Safranski. Además, se espera la presencia de nombres conocidos por el gran público como Fernando Savater, Juan Gelman, Antonio Skármeta, Carlos Fuentes, Alejandro Jodorowsky y James Ellroy.


La inauguración de ayer en la Expo Guadalajara, y como ya es tradicional, estuvo coronada por la entrega del premio FIL de Literatura en Lenguas Romances al colombiano Fernando Vallejo, autor de crudeza y brillantez singulares cuya obra más popular es «La Virgen de los Sicarios». El próximo miércoles se hará entrega a Almudena Grandes («Las edades de Lulú») del premio Sor Juana Inés de la Cruz. Además, con motivo de las bodas de plata, el habitual Reconocimiento del Mérito Editorial recaerá esta vez en veinticinco profesionales.


Herta Müller, Nobel de Literatura en 2009, abrirá hoy domingo el Salón Literario de la feria a través de un diálogo con Mario Vargas Llosa. En cita previa con la prensa, la autora de «En tierras bajas» reconocía que «no trabajo muy bien lo de los honores, soy una escritora muy normal. Trato de hacer las cosas que se me piden de manera oportuna y no puedo representar nada que no sea yo misma. Si yo tengo o no el Nobel no cambia nada la situación».


Respecto a su obra, siempre enfrentada a la tiranía comunista de Nicolae Ceaucescu, la escritora dijo que «en las dictaduras la pobreza solo es un medio para poder someter a la gente, porque mientras menos productos se consigan, las personas se concentran en la propia existencia. Siempre he pensado que era un cálculo a propósito para que la gente no pudiera pensar en otras cosas».

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