{José María Arguedas: Katatay - Tupac Amaru kamaq taytanchisman (haylli - taki) V}


Tranquilo espera,
tranquilo oye,
tranquilo contempla este mundo.
Estoy bien ¡alzándome!
Canto;
bailo la misma danza que danzabas
el mismo canto entono.
Aprendo ya la lengua de Castilla,
entiendo la rueda y la máquina;
con nosotros crece tu nombre;
hijos de wiraqochas te hablan y escuchan
como al guerrero maestro, fuego puro que enardece, iluminando.
Viene la aurora.
Me cuentan que en otros pueblos
los hombres azotados, los que sufrían, son ahora águilas, cóndores de inmenso y libre vuelo.
Tranquilo espera.
Llegaremos más lejos que cuanto tú quisiste y soñaste.
Odiaremos más que cuanto tu odiaste;
amaremos más de lo que tú amaste, con amor de paloma encantada, de calandria.
Tranquilo espera, con ese odio y con ese amor sin sosiego y sin límites, lo que tú no pudiste lo haremos nosotros.
Al helado lago que duerme, al negro precipicio,
a la mosca azul que ve y anuncia la muerte
a la luna, las estrellas y la tierra,
el suave y poderoso corazón del hombre;
a todo ser viviente,
que está en el mundo,
en el que alienta o no alienta la sangre, hombre o paloma, piedra o arena,
haremos que se regocijen, que tengan luz infinita, Amaru, padre mío.
La santa muerte vendrá sola, ya no lanzada con hondas trenzadas ni estallada por el rayo de pólvora.
El mundo será el hombre, el hombre, el mundo, todo a tu medida.

Baja a la tierra, Serpiente Dios, infúndeme tu aliento; pon tus manos sobre la tela imperceptible que cubre el corazón. Dame tu fuerza, padre amado.

btemplates

0 comentarios:

Publicar un comentario