{Opinion: El pecado de opinar}


El pecado de opinar


Desde inicios de la semana ha corrido por diarios y medios televisivos la noticia de la condena que sufriera Fritz du Bois, que haciende a 2 años de pena privativa de la libertad, promulgada por el Sexto Juzgado Penal Unipersonal de Arequipa, debido a una denuncia realizada por la parlamentaria del grupo oficialista, Ana María Solórzano, por el delito de Difamación. ¿El motivo? Un artículo de opinión que diera el director del diario Perú.21, el 10 de marzo de este año, en el que opina sobre los vínculos que tendría la congresista con negocios de dudosa reputación. Cabe recalcar que, en este articulo, Fritz du Bois no señala ningún nombre, ni referencia inculpatoria hacia la congresista de Gana Perú. Pero ésta, al sentirse aludida, no tuvo mejor idea que sentar una denuncia al columnista y a un periodista más de Perú.21 Gessler Ojeda.


Tras un proceso a la velocidad de la luz, en un hecho sin precedentes en el Perú, Rosario Flores Bedregal –Quien seria tía de la congresista Solórzano-, sentencio a Fritz du Bois a 2 años de prisión y a un pago de 30 mil soles como reparación civil. Esto marca un hito en la historia democrática del país, ya que nunca antes se habría condenado a nadie por emitir opinión. Pero esto no solo sucede en el Perú. El mandatario Bolivariano Rafael Correa, enemigo declarado de la prensa, en complicidad con sus juzgados de gobierno, condenó a los dueños del diario El Universo y al periodista Alfredo Palacios a 3 años de prisión. Hugo Chávez, el cabecilla del Proyecto Bolivariano en Sudamérica, también hasta la fecha a cerrado varios canales de televisión venezolanos, haciendo uso de su más repudiable desprecio a la libertad de expresión y prensa.

A solo dos meses de gobierno ¿Qué es lo que ha hecho la bancada oficialista, cuál es su opinión ante este caso de “maniatamiento” de la libertad de expresión? El “dictador” de nuestro Poder Legislativo, Daniel Abugattas, le ha declarado una guerra silenciosa-a-voces a la prensa, pidiendo también la cabeza de Fritz du Bois. Y nuestro, flamante, Presidente de la República, pues, simplemente no ha dicho ni pio ante esta situación, y ha consolidado mucho más si silencio a la prensa, convirtiéndose en un asiduo tuitero. Este caso también nos ha abierto los ojos, mostrándonos una prensa que se está poco a poco polarizando; dividida entre opositores y oficialistas. Y esto no puede de ninguna manera ser bueno, ya que nuestra experiencia nos revela que un país polarizado no puede ser democrático, sino represivo. Recordemos, sino, el gobierno del actual convicto Alberto Fujimori.

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